El Sediento Calla

Cierro mis ojos y todavía tengo en mi mente las imágenes noticiosas de lo sucedido en Haiti. Y aunque pudiera decir que las tengo frescas en mi mente porque ha pasado poco tiempo (aún están sucediendo los hechos), mientras escribo estas cortas líneas pienso que Dios quiso mantener estas imágenes ahí por un tiempo por algo. No recuerdo una cara específica, no recuerdo un momento específico, pero sí recuerdo lo sediento que se ven aquellos que son rescatados de las ruinas, como no tienen fuerzas y como se les imposibilitaría seguir sus vidas sin antes ser hidratados y alimentados.

Por el nacimiento de mi hija Abigail, y sin que esto sea una excusa, he puesto gran parte de mi atención en servir a mi esposa y a Hesed (para que no crea que ha sido desplazado) y al mismo tiempo he tenido 8 días alejado de mis encuentros con mi Padre. Resultado: Estoy moribundo!

Esta mañana al levantarme volvieron las imágenes a mi mente, pero ya ahora sí tenían cara... era yo... y Dios me hacía ver como yo estuve hace un tiempo no muy atrás bajo los escombros de una vida cristiana mediocre y teñida de pecado que me hicieron debilitar a tal punto que casi muero por segunda vez. Hace casi un año mi amado Señor tuvo la misericordia de sacarme de entre los escombros y darme abundante agua de vida pero... Quien soy yo para creer que puedo ahora levantar mis manos y sobrevivir sin beber de ella? 8 días han pasado y ya estoy débil, vacío, sediento, escaso de palabras y corto de pensamientos... GLORIA A DIOS!

No estoy triste ni derrotado, estoy gozoso de que puedo notar claramente un cambio en mí cuando me alejo del Todopoderoso. Ay! de nosotros si nos alejamos creyendo que nada ha pasado o peor aún sin posibilidad de discernir y saber que necesitamos acercarnos a nuestro Dios Santo y a Su palabra con suma urgencia.

Por hoy ya callaré porque el sediento calla y bebe lo más que pueda para luego dar gracias con los brazos en alto. Dios, has sido fiel... glorifícate en este cuerpo de muerte que sin tu aliento no tiene esperanza.

     Amén!

     Eric