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Wednesday, April 28, 2010

Liderazgo Disonante

Por recomendación de un amigo, esta mañana me dediqué a leer detenidamente Isaías 3, un hermoso capitulo titulado en la LBLA Juicio contra Jerusalén y Judá que debiera causarnos a la vez mucha alerta.

Como práctica regular, siempre es recomendable cuestionar nuestro propio liderazgo, en mi caso el rol de padre y esposo, lo cual siempre a la luz de la palabra debe llevarnos a una posición humilde y de aceptación de todo el camino que nos falta por recorrer para si acaso llegar a ser una sombra de lo que fue el caminar de nuestro Señor Jesús. Durante la introspección que ya he realizado por varias semanas, Dios me ha provisto de varias herramientas que me han ayudado mucho, entre esas la increíble experiencia de T4G, y ahora este texto que seguiré rumiando por unos días más.

¿Que diferencia existe entre la situación descrita entre los versículos 1 al 15 y la situación prácticamente global que vivimos hoy?

     Dice la palabra:

Porque he aquí, el Señor, DIOS de los ejércitos,
quitará de Jerusalén y de Judá
el sustento y el apoyo: todo sustento de pan
y todo sustento de agua;

al poderoso y al guerrero,
al juez y al profeta,
al adivino y al anciano,

al capitán de cincuenta y al hombre respetable,
al consejero, al diestro artífice y al hábil encantador.

Les daré muchachos por príncipes,
y niños caprichosos gobernarán sobre ellos.

Y el pueblo será oprimido,
el uno por el otro y cada cual por su prójimo;
el joven se alzará contra el anciano,
y el indigno contra el honorable.


Cuando un hombre eche mano a su hermano en la casa de su padre, diciendo:
Tú tienes manto, serás nuestro jefe,
y estas ruinas estarán bajo tu mando,

ese día el otro se indignará, diciendo:
No seré vuestro sanador,
porque en mi casa no hay ni pan ni manto;
no debéis nombrarme jefe del pueblo.


Pues Jerusalén ha tropezado y Judá ha caído,
porque su lengua y sus obras están contra el SEÑOR,
rebelándose contra su gloriosa presencia.


La expresión de su rostro testifica contra ellos,
y como Sodoma publican su pecado;
no lo encubren.
¡Ay de ellos!,
porque han traído mal sobre sí mismos.

Decid a los justos que les irá bien,
porque el fruto de sus obras comerán.

¡Ay del impío! Le irá mal,
porque lo que él merece se le hará.


¡Oh pueblo mío! Sus opresores son muchachos,
y mujeres lo dominan.
Pueblo mío, los que te guían te hacen desviar
y confunden el curso de tus sendas.


El SEÑOR se levanta para contender,
está en pie para juzgar a los pueblos.

El SEÑOR entra en juicio con los ancianos de su pueblo y con sus príncipes:
Pues vosotros habéis devorado la viña,
el despojo del pobre está en vuestras casas.

¿Qué pensáis al aplastar a mi pueblo
y al moler la cara de los pobres?
--declara el Señor, DIOS de los ejércitos.

(Isaías 3:1-15 Enfasis añadido)

Cierra los ojos por un momento y dime ¿Que tiene de diferente este panorama de lo que vemos en el mundo de hoy o peor aún en nuestras iglesias o aún más grave todavía, en nuestras casas? Dios, en su hermosa y muchas veces inexplicable orquestación, coloca a nuestros líderes... pero que disonantes son aquellos que hoy vemos llevando la voz cantante!

Dios por juicio contra Jerusalén y Judá quitaría el liderazgo sano de la dirección del pueblo y al examinar esta acción no solamente implicaría quitar el liderazgo dejando al pueblo sin una cabeza, sino que pondría a la cabeza otro liderazgo, uno inmaduro, caprichoso, sin experiencia, sin habilidades, sin respeto, sin poder y sin destreza alguna! A tal punto llegaría Jerusalem que no habría esperanza alguna por un bien común, luchando cada quien luchando por lo suyo (ese día el otro se indignará, diciendo: No seré vuestro sanador V.7a).

Ahora bien, viendo que definitivamente vivimos en la actualidad una realidad similar a esta, ¿Donde entro yo? ¿Como es que veo donde esto aplica a mi, a parte de ser "víctima" junto con mi pueblo?

Al leer esta primera parte del capitulo 3 no pude dejar de pensar en lo siguiente: ¿Si yo soy líder y puedo ver que mi realidad actual es similar a esta realidad descrita en Isaías, entonces que tipo de líder soy? ¿Aquel puesto por Dios para enviar juicio a su pueblo, el inmaduro, necio, caprichoso, inexperto, sin destreza? ¿O aquel que poco a poco estaría siendo removido por Dios para dar lugar a líderes enfermos? Dios sin duda alguna esta permitiendo que vivamos hoy un mundo lleno de pecado sin arrepentimiento aplaudido por muchos. Y ese mundo tiene líderes y esos líderes los ha puesto Dios donde están. Que triste sería ser utilizado como herramienta de juicio contra el pueblo por mi propio pecado! Dios no provoca el pecado en mi, pero si toma mi pecado, toma mi necedad y los utiliza como el gran orquestador que es para un fin mayor que solo El conoce.

Si por la gracia de Dios pudiéramos considerarnos parte del liderazgo justo que esta siendo removido poco a poco, entonces permanezcamos fuertes mientras tengamos vida, dando ejemplo a nuestros hijos y confiando en que Dios cuidará de nosotros y los nuestros (decid a los justos que les irá bien, porque el fruto de sus obras comerán v.10).

Hay una gran tarea por delante! gracias Dios porque a través de tu orquestación, la sinfonía del mundo por mas disonante que nos parezca ahora, terminará siendo la melodía mas dulce jamas escuchada y esto a pesar de nosotros!

     Eric