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Fue justo en mi oración final después de leer acerca de como Dios pone en nosotros la encomienda y nos da lo necesario para cumplirla o como oraba Agustin "Señor, ordena lo que quieras y danos lo que ordenas" y sobre la fe del centurión que dejó maravillado a Jesus cuando este dijo al mismo Jesus (parafraseando) "lo único que debes hacer es ordenarlo y mi siervo será sano, así como yo ordeno a los hombres bajo mi autoridad y estos obedecen".
Ahí, minutos después de leer sobre estos temas cerré mis ojos y comencé a orar a un dios equivocado! Increíble pero MUY cierto.
Estos días son especiales pues hay una decisión que debo tomar en mi vida que afectará los próximos 12 a 24 meses de toda mi familia, mi empresa y todo quien se relaciona conmigo de una forma u otra. Al orar por esto hoy como lo he hecho durante ya más de un año con mayor o menor intensidad, me encontré implorando por ver la voluntad de Dios como si estuviese escondida. Le pedía a Dios que por favor me dejara ver su voluntad, le contaba como ya había consultado las variables con toda persona que entiendo El había puesto en mi camino para que me aconsejara y ahora solo quedaba mi decisión final, la cual no había sido tomada porque entendía que su voluntad no había sido revelada... que estaba ausente...
En ese preciso momento me di cuenta que estuve orando y adorando al dios equivocado... o por lo menos que había mal entendido a Dios en gran manera.
¿Que dios pondría en mí el querer y luego dejarme desconcertado de como hacerlo? ¿Que dios esconde de sus hijos el deseo de su corazón? No el Dios que me hizo suyo y que me compro a precio de sangre. Ahora... ¿Que fe tiene un hijo que cree que su padre lo dejará ir equivocadamente donde no opera la voluntad agradable, buena y perfecta del padre? Probablemente la mía.
Jehova, mi Padre, ha dispuesto que yo le sirva. Como el centurión, yo debo tener fe incuestionable en que EL está en este momento guiando mis pasos y llevándome por el camino correcto. Debo confiar que todo lo que he hecho hasta ahora y lo que haré en las próximas semanas es parte de la voluntad de Dios mientras yo esté amando, obedeciendo y abrazando su Palabra, sus mandamientos y todo lo que El es. Pensar que me llegará un email con la respuesta de Dios, o que estará tan clara para yo seguirla antes de siquiera dar un paso es no tener fe. Si con Sus fuerzas, por Su misericordia y Su gracia, camino cada día mirando hacia arriba, buscando su rostro y su sonrisa, haciendo lo que El espera y desea de mi, Su voluntad se irá haciendo en mi vida con cada paso y sin yo hacer mucho esfuerzo.
Se que he entendido porque en mi cabeza esta muy claro y no lo puedo describir tan claro en palabras! No hay palabras que describen la tranquilidad y paz del corazón y del alma cuando están alineados al Señor...
Conocer y seguir la voluntad de Dios es tener fe en que ahora mismo está llevándose a cabo en mi vida y no tener miedo a equivocarme pues su rostro está conmigo. ¿Aún así oramos para conocer su voluntad? Por supuesto! No obstante creo que de ahora en adelante lo veré de otra forma... oraré para confirmar Su voluntad, oraré para pedirle a Dios que no me deje equivocar, para reconocer mi suficiencia en El y no en mí y para yo mismo entender que es Su voluntad la que busco hacer y no la mía.
Tal vez nunca oré al dios equivocado, pero de seguro hice la oración equivocada...
Gracias amado Padre, perdóname por tener la fe de un grano de arena y pensar que con eso podía mover montañas.
"...porque Jehova vuestro Dios es clemente y misericordioso y no apartará de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a El." (leer 2 Cronicas 30:6-9)
Eric
